jueves, 1 de marzo de 2012

Prólogo del Reiki Tradicional

El fundador de Reiki es Mikao Usui (1865 - 1926), maestro japonés de meditación. El desarrolló un método para 'Sanar el espiritu "(términos utilizados en el tiempo de Usui, y, que en nuestra cultura occidental actual, tendría un equivalente a "sanar el sufrimiento de vivir"). La operación de este método se basa en la práctica de la meditación. El enfoque de Mikao Usui fue de trabajar con su propio espiritu.

De este modo, se creó el Reiki y formalizado en 1922 por su compañía Usui Reiki Ryoho, en Japón. Practicó y enseñó el Reiki durante 4 años, hasta 1926. En ese momento, Mikao Usui murió. El deja las técnicas vinculadas, pero estas técnicas de enseñanza fueron casi todas por vía oral, no dejó ninguna explicación del funcionamiento propio de esta práctica escrita. También dejó estudiantes sin comprensión de la práctica, por tan corto tiempo, y no pudo ser tan profunda y comprendida como el maestro japonés.

La prematura muerte del fundador y la ausencia de escritos dejó la puerta abierta a muchas interpretaciones personales del Reiki que conducirán y conducen siempre a derivados y da lugar a abusos de cualquier tipo en su aplicación.

En este contexto, el Instituto de Reiki a Paris se encargo de una mision importante con un traductor de Reiki Japonés jurado ante el Tribunal de Justicia para traducir la palabra Reiki. Se compone de dos kanji de antigua edad: "Rei", que significa "espíritu", y "ki", que significa "energía". Literalmente, el Reiki significa energía espiritual, así fue traducido, o: Reiki, fuerza del espíritu®.


En este sentido, el fundamento del Reiki pone en funcionamiento al ser humano en el corazón de la práctica: el bienestar de los seres humanos depende de sí mismo (del conocimiento), y no de una fuente externa (la creencia) .

martes, 21 de junio de 2011

El masaje de Silvana...

"Un momento especial fuera de lo cotidiano. Lejos de todo.
Las manos se elevan, con suavidad, con amor. Se deslizan, desentrañan, acarician, desatan nudos y tensiones, con un ritmo lento acunador que te invitan a viajar dentro de un bosque de eucaliptos colgado de una hamaca, en el borde de las olas, en una suave brisa de verano o en paisajes desconocido. El tiempo se detiene. Los sonidos y los pensamientos se desvanecen. Los olores de las flores y el incienso se destilan. La respiración se calma, se suspende. El cuerpo se siente vivo y, en esta apertura, está agradecido. Se vuelve ligero como una pluma ... sumerge de nuevo. Con ternura, mis manos afloran, esculpen, transmitiendo la calidez hasta volverse 
uno con el masaje ..."

Silvana

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